Por un momento he creído sentirte... estabas aquí... entre los pliegues de mis sabanas...las mismas que han guardado tu olor, esta noche mis sabanas se acuerdan de ti, te echan de menos.
Vuela con el vaivén del que ni se va ni se queda...algunas noches encuentra su nido en mi corazón, pasa los días de invierno...luego vuela cuando llega el calor, sus alas expertas siempre traen caricias nuevas, arropan mis alas temblorosas cuando he pasado todo el día volando junto a las estrellas... me llaman loca porque me basta verlo desde aquí cuando miro hacia el cielo... le abruma sentir que vive enjaulado en mi cuerpo... por eso le dejo ir y venir, no aprieto, el sabe de sobras el camino de vuelta... vuela con el vaivén del que ni se va ni se queda...pero siempre regresa porque vive en una jaula con la puerta abierta.
Me gusta verte así... ahí abajo y verte desde arriba... tu que andas siempre tan altivo, bésame los tobillos, agarrate fuerte a mis rodillas, siente como tiemblo, como la poderosa pierde sus fuerzas, deja que tu deseo trepe por mis piernas , trata de doblegarme si te atreves... al llegar arriba me habré rendido, me habrás vencido... serán mis tobillos entonces los que serán esclavos de tu cintura, obedeceré las ordenes de tus besos, te apartare con ternura el pelo de la cara... y mis manos rebeldes, las que se niegan, hundirán sus dedos en tu espalda para que sepas que todavía queda una última bocanada de aire y mi boca en forma de suspiro tendrá la última palabra.
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